Muy buenos días chicos y familias, espero que estén muy bien!
Comenzamos un nuevo día afirmados en la palabra de Dios y sus promesas!
Hoy el Señor me llevó a reflexionar sobre su paternidad, y enseguida vino a mi corazón las primeras palabras del Padre nuestro en el libro de Mateo 6:9 “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”...
En una frase, Cristo nos enseña que podemos tener una relación personal con Dios, aunque sea santo y perfecto.
Esta oración tiene un sentido de transparencia, que indica una relación cercana y de confianza. Podemos pedirle a nuestro Padre que cubra nuestras necesidades diarias y perdone nuestros pecados; también podemos pedirle que nos dé el poder de perdonar a quienes pecan contra nosotros.
Guardar silencio ante Dios nos permite sentir su presencia, y cuanto más nos acerquemos a Él, más nos revelará quién es. También comprenderemos mejor su deseo de comunicarse con nosotros y de demostrarnos su amor. Y podemos confiar en que nos escucha. Si no fuera así, ¿por qué habría dicho el Señor Jesús: “Pedid, y se os dará” (Lucas 6:9)?
El amor incondicional de Dios es la mayor expresión de su paternidad,
El Señor promete estar con nosotros todos los días ¡Qué maravilloso es tener un Padre que nos conoce de verdad, que nos habla y que nos ofrece un amor incondicional que no tendrá fin!
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