En esta oportunidad, quiero compartirles una reflexión de la historia de la Pascua, espero que les sea de mucha bendición y que Jesús reine en sus hogares Hoy y Siempre.
La historia entera
de Jesús es una historia única. Aunque se repitan los sacrificios
humanos en
historias verídicas o de ciencia ficción, la historia de Jesús es una historia
que conmueve
hasta lo más profundo del corazón, porque es la revelación del mismo
Dios, de su
corazón, de su amor por nosotros.
La Navidad es una hermosa celebración del
nacimiento del Salvador, de Emanuel: Dios con nosotros.
Pero la Pascua es el
acto más importante
de la historia de la humanidad. Sin cruz no habría resurrección; sin muerte no
habría vida; sin sacrificio no habría redención.
La historia
de la cruz no es romántica, es brutal. La peor muerte, la más sangrienta y
dolorosa.
Traición, tortura, humillación, abandono, silencio de Dios. Nadie quiere jamás
pasar por
eso… Jesús lo hizo.
Pero por
sobre todo es el punto de partida para nosotros. Es un empezar en hoja nueva.
Es salvación
de muerte eterna a vida eterna.
Hoy Dios
espera que inicies tu historia comenzando donde Él la dejó, como si se hubiera
suspendido
el tiempo y ahora tú estuvieras en Betania, en ese monte y pudieras ver a
Jesús y
oírle decirte: “Ahora te voy a enviar lo que ha prometido mi Padre” (Hechos
1:8),
¿estás listo
para recibirlo?
Tú eres
parte de la profecía, por eso estás acá en este lugar, porque se te está
revelando
el plan de
Dios para tu vida.
“Dios amó tanto al mundo, que dio a su único Hijo, para que
todo el que
cree en él no se pierda, sino tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo para condenar al
mundo, sino para salvarlo por medio de él. El que cree en el Hijo único de Dios no será condenado, pero
quien no cree en él ya está condenado.” (Juan 3:16-18)
Un Abrazo Profesora Daniela
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