Confiar es la palabra clave aquí. Nuestro Dios es absolutamente confiable. Su
carácter hace que lo que sea imposible sea cumplido. Su sabiduría es tan grande,
que Él jamás puede cometer un error. ¡PODEMOS CONFIAR EN NUESTRO DIOS!
¡Consulta con Dios para todo! ¡Siempre!
¡Inmediatamente! ¡Rápidamente! Mantengamos una comunicación abiertas con Dios. Como
nos salga, no importa, él nos escucha. ¿Señor, me acompañas? ¿Señor me ayudas
en esto? ¿Debo de tomar este camino, Dios mío?
En cada decisión… en cada situación. Reconócelo…
obedécelo… pregúntale… Una relación con Dios es exactamente eso. ¡UNA RELACIÓN!
Su invitación es muy clara y simple: “Confía en el Señor de todo tu corazón” “en
él confió mi corazón, y fui ayudado” Que importante es también nuestro corazón
en todo esto “sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana
la vida” debemos entregar nuestro corazón y nuestra propia prudencia o deseos
en manos del Señor y dejar actuar a Él. Entonces así Dios enderezará nuestros
caminos, y seremos gozosos, bendecidos, pastoreados y sustentados en todas las
cosas para siempre.
Oración: Señor en este día
ayunados a entregar nuestro corazón a ti Jesús, a tener más comunicación
contigo cada día, en cada momento. Y sabemos confiadamente que, si lo hacemos,
tu nos sustentas de todas las cosas. Te amamos Jesús. Amén.
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